Nikolos, el Puro y Justo

Nikolos era aún muy joven cuando ocurrió la desgracia; siendo todavía un indefenso niño, la aldea en la que vivía fue asaltada por una banda de brutales salteadores. Él no puedo sino ver cómo los varones eran degollados sin piedad ni medida, así como las mujeres y niñas violadas, torturadas y finalmente, asesinadas de la manera más vil posible...

Fue entonces cuando, tan sólo unas horas después, fue rescatado de las garras de la muerte (había sido herido en la matanza) por una figura que quedaría grabada para siempre en su alma; una brillante armadura que cubría la poderosa musculatura de un glorioso caballero cuya mejilla llevaba tatuada un puño rodeando un relámpago.

Estos son los pensamientos que rondan la cabeza de Nikolos cuando siente nostalgia de su ya lejana infancia. Los recuerdos de su adiestramiento como adalid de Heironeous, y de la melodiosa pero potente voz de su rescatador y maestro, Barenfang el Magnificente, llenan su cabeza durante las pocas ocasiones en que disfruta de una merecida paz.
Hace tan sólo unos meses que dejó la protección de su templo y hogar, y Nikolos tienes que esforzarse al máximo para sobrevivir en un mundo que le necesita, le teme y no comprende el significado del Puño Resplandeciente.

Pero ahora, con su máxima concentración, se coloca la visera de su yelmo, descuelga su escudo y, lanza en ristre, espolea a Centella para cabalgar hacia la gloria...