Alexander Coshman: Presagio

15/10/2009, 15:33

Cuando somos pequeños soñamos con un mundo ideal, en el cual tenemos o somos una parte importante del engranaje que lo mueve. Somos aquellos capaces de inspirar a los desconocidos, en los cuales levantamos el deseado sentimiento de orgullo o admiración. Todos, de pequeños, queremos ver cumplir nuestros sueños. Es una tarea fácil, es una tarea a la que muchos renuncian por temer al fracaso, y solo nuestra voluntad es capaz de quebrar el devenir. Mantente firme y lucha les diría a todas las personas con ese dilema.

¿Bonitas palabras verdad?. Es sencillo lograr ser lo que quieres, al menos es fácil cuando naces con un don que otros no poseen y, que de una manera sutil es capaz de lanzarte hasta tus metas. Recuerdo haber padecido másque disfrutado el que tras el accidente despertó. Sufrí pesadillas constantes, visiones horribles y mi memoria se sentía confundía con el pasado y lo que estaba por venir. En una ocasión incluso acabé metido entre rejas por saber más de la cuenta en un robo a una joyería conocida de Liberty Park. Sí, me costó mucho tiempo acostumbrarme e incluso creerme que era real, pero podía ver las cosas mucho antes de que sucedieran, y, aunque jamás he podido controlarlo he conseguido algo igual de provechoso. Aprendí a observar a estar atento y a intentar recordar cuanto ocurría en aquellos episodios y al principio, con ello, me fué bien. Acabé la carrera con honores y amplié mi campo de estudios en vista de una mejor vida y negocios, me serví de los extraños sueños para aprovechar las ocasiones que surgían sobre sucesos, deportes y demás eventos similares en las casas de apuestas y finalmente, en la bolsa donde todo se transformó en una gran fortuna. Al fin tenía lo que todos anhelaban, fundé una compañía dedicada a lo que estudié, en vistas de mejorar la vida humana y facilitarla en este mundo cambiante. Tenía éxito.

Pero un don así, y el éxito nacido de él no trae siempre felicidad y tranquilidad, vaya si me costó aprenderlo. Cuando fundé Cosorp y conseguí una beca del estado para financiar mis primeros estudios en la robótica con tejidos vivos comencé a recibir llamadas, amenazas diversas de los lugares que frecuenté para labrar la fortuna que necesité para la compañía. En un momento pasé de ser un anónimo con "suerte" a un aprovechado truhán al que más de un indeseable quería muerto. Es difícil ser tan brillante, tener el don, y pasar por la cara luminosa del éxito. Con los primeros acercamientos de la más baja calaña, frustrados por la policía y en más de una ocasión por ese sexto sentido que me había dado todo, sentí que realmente estaba en peligro después de tanto. Tomé medidas y contraté a una especializada empresa de seguridad que solía usar metahumanos para las labores más complejas. Todo se relajó y durante mucho tiempo disfruté de mi abundante pero sana tranquilidad. Trabajaba, disfrutaba de las fiestas acordes a los nuevos ricos de Liberty City y participaba en subenciones y estudios dedicados a la evolución tecnológica, decidido a dejar una huella en la historia.

Sin embargo me faltaba algo, y el no saber qué creó una inquietud que se manifestó en sueños y visiones confusas. Ya no era capaz de ver con claridad los detalles que antes me habían ayudado a sobrevivir y triunfar y en ellos aparecía una y otra vez una extraña figura con la que sentía una afinidad un tanto especial, uno de esos justicieros que abundaban por liberty city consagrado a la justicia, poseedor de poderes y capacidades únicas que utilizaba en ventaja de los demás antes que propias. Meses frecuentando los peores bares, de noches de embriaguez hasta las primeras luces y tocar fondo en el aspecto social fue lo que tardé en ver que realmente no hacía todo lo que podía por la humanidad, por dejar esa huella que tanto buscaba, me valía de un recurso obtenido de manera egoista y por tanto, invertía en ese propósito de manera secundaria. Tenía que cambiar, perseguir mi sueño realmente, y comprendí que la vía no era el dinero como pensé en un principio, aunque sería la herramienta que potenciaría aquel sexto sentido que debí haber empleado para los demás en lugar de para mí. Entonces, mi don volvio a recobrar una mayor claridad.

Trasladé parte de la labor de Cosorp a un viejo edificio, manteniendo el trabajo en el centro de investigación y la universidad Hannover. Allí invertí gran parte de mi fortuna para desarrollar mis estudios propios y gracias a diversos contactos que conseguí con la compañía que había contratado de metahumanos para mi seguridad en el pasado, a nombre de un tercero conseguí el material que necesitaba. Viajé a diversos rincones del mundo, aprendiendo las distintas disciplinas marciales, y, con la ventaja que me daba la videncia las perfeccioné durante 2 años en los que delegué mis funciones de la compañía. Fue entonces cuando comenzó todo, cuando empecé a ser quien realmente fui. Me convertí en otra persona para ayudar de manera directa a la gente con mis capacidades en una enmascarada fama mientras por otro lado continué con mis estudios en la creciente compañía.

Hoy mantengo el secreto, ya no necesito esa admiración y orgullo, ya no necesito la gloria pasajera que se puede tener en vida siendo un héroe justiciero. Sé que malos tiempos están por llegar y es mi deber de darle a la humanidad todo cuanto me ha dado a mí antes y después de aquel accidente que todo lo cambió, de darle todo aquello que garantizó mi estatus y felicidad pasajera, de darle mi vida en favor a los demás.

Alexander Coshman, director general de Cosorp, especializada en Biotecnología.
Presagio, El vidente enmascarado y justiciero de Liberty City.

15/10/2009, 16:03

¿Malos tiempos? ¿Por quién me tomas? Yo sólo pretendía sembrar el pánico en la Tierra con un montón de gorilas gigantes de titanio, enfurecidos por el hambre y con rayos láser en los ojos...

No acabo de entender lo de la empresa de metahumanos, pero lo hablaremos, y tendrás tus puntos de recompensa por esta historia...

Miau miau miau

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