Los kami, el sol y la luna

El universo comenzó con la Nada, y mediante el miedo, el deseo y el arrepentimiento la Nada creó el mundo. Con la creación del mundo nacieron los Tres Dioses Cuyos Nombres No Deben Pronunciarse, quienes al darse cuenta de la necesidad de traer orden al mundo crearon a Onnotangu (Señor Luna) y a Amaterasu (Dama Sol) para hacerlo.

Los hijos de la Dama sol y el Señor Luna fueron los kami (Hida, Togashi, Bayushi, Shiba, Doji, Akodo, Shinjo, Fu Leng, Hantei y Ryoshun). Onnotangu temía que sus hijos se hicieran poderosos y le destruyeran, por lo que prefirio devorarlos. Horrorizada, Amaterasu engañó al Señor Luna para que engullese una piedra en vez de al joven Hantei, y durmió al dios drogándolo con té. El Señor Luna durmió durante mucho tiempo, y cuando despertó vió a Hantei, crecido y preparado para la batalla, dispuesto a enfrentarse con él. Hantei abrió el estómago de su padre, haciendo que sus hermanos y hermanas cayesen a la tierra.

Ryoshun, que murió dentro del estomago de su padre, gue el único que no cayó al reino mortal. El Señor Luna alcanzó a Fu Leng, pero Hantei cercenó la mano de su padre. Cuando caía, Fu Leng agarró a Hantei, provocando que todos los hijos supervivientes del Sol y la Luna cayesen a la Mundo.

Cuando tocaron la tierra, todos los kami perdieron gran parte de su divinidad. No podían regresar a los CIelos. Eligieron permanecer en el Ningen-do y gobernar a las dispersas tribus de humanos que allí encontraron. Un gran concurso celebrado entre todos los kami resultó con la victoria de Hantei y su coronación como primer Emperador.